La actividad ciclónica en el Atlántico podría aumentar considerablemente en los próximos meses, según el último informe de la NOAA, la Administración Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos. Esta alerta es clave para las zonas costeras que deben prepararse ante posibles fenómenos extremos. La vigilancia temprana busca reducir riesgos y daños en comunidades vulnerables.

Según la NOAA, la temporada de huracanes podría presentar un incremento notable en la formación de tormentas tropicales. Esto se debe a condiciones climáticas que favorecen el desarrollo de ciclones en el Atlántico y el Caribe. Factores como el aumento de la temperatura del mar y un monzón activo en África Occidental impulsan este fenómeno.

Los expertos pronostican que entre agosto y noviembre se podrían registrar entre 13 y 18 tormentas tropicales. De ellas, de 5 a 9 tienen potencial para convertirse en huracanes, y entre 2 y 5 podrían ser huracanes mayores. Estos últimos tienen vientos superiores a 178 km/h, capaces de generar daños importantes en las regiones afectadas.

temporada de lluvia en el atlántico
NOAA confirma temporada intensa en el Atlántico y actividad baja en el Pacífico este año.Foto: cortesía

Balance actual de la temporada ciclónica y pronósticos para el Atlántico y Pacífico

Hasta ahora, la temporada ciclónica ha registrado tormentas como Andrea, Barry, Chantal y Dexter. Chantal fue la primera en impactar tierra en Estados Unidos, causando al menos dos muertes en Carolina del Norte. Estas pérdidas resaltan la gravedad de los fenómenos que ya afectan la región atlántica.

Matt Rosencrans, meteorólogo principal de la NOAA, indicó que las condiciones actuales coinciden con las predicciones hechas en mayo. Esto confirma la expectativa de una segunda mitad de temporada activa y con desafíos para las áreas costeras. La vigilancia constante es crucial para minimizar riesgos y daños.

Por otro lado, la NOAA anticipa una temporada más tranquila en la cuenca del Pacífico Oriental. A pesar del inicio temprano con tormentas nombradas, se espera actividad por debajo del promedio. Este contraste refuerza la necesidad de monitoreo continuo en ambas regiones para estar preparados ante emergencias.