En un nuevo giro en las políticas migratorias de Estados Unidos, se anunció una medida que impone fuertes sanciones económicas a migrantes que no cumplan con órdenes de deportación.
Esta decisión, alineada con las acciones promovidas durante la administración de Donald Trump, busca reforzar el control migratorio mediante penalizaciones más severas.
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El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) informó que aquellos migrantes que permanezcan de forma deliberada en el país tras recibir una orden final de salida podrán ser multados con hasta 998 dólares diarios, lo que equivale a más de 26,000 lempiras.
En casos extremos, las sanciones podrían alcanzar cifras entre los 1,992 y 9,970 dólares por persona, la normativa, publicada oficialmente el 27 de junio, también contempla multas para quienes intenten ingresar sin la documentación correspondiente.
Estas penalizaciones oscilarán entre 100 y 500 dólares, y forman parte de una estrategia para incentivar la salida voluntaria y reducir los procesos judiciales migratorios.
Estados Unidos intensifica sanciones contra migrantes que desobedecen órdenes de salida
Desde el pasado 13 de junio, el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) retomó la aplicación de sanciones económicas contra migrantes que desobedecen órdenes de salida del país.
Según datos del gobierno federal, ya se han emitido aproximadamente 10,000 notificaciones de multa a lo largo de las últimas semanas.
Esta reactivación de las sanciones ha encendido las alarmas entre organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes.

Varios grupos denuncian que estas multas son una carga económica injusta para migrantes que huyen de violencia y pobreza, y que no cuentan con recursos. La política aumenta la vulnerabilidad de los migrantes al aplicar presión económica sin brindar soluciones humanitarias ni opciones legales.