Una terrible historia abraza al pueblo de Parinacota, Chile, se trata de la mesa poseída, quien pasaba puerta a puerta para llamar a la muerte que le designaba a un integrante de las familias de esa región.

Es una mesa pequeña similar a una silla, tiene las cuatro patas desgastadas, y su imagen parece inofensiva, lo contrario al terror que trasmite a los pobladores.

Existen diversos documentales y artículos que se han interesado por este misterio, según La Nueva Mirada.CL cada vez que la mesa rondaba por la puerta de una casa era el anuncio de una próxima muerte.

En una entrevista hecha a don Félix Calle, ya fallecido, le expresó a la revista La Nueva Miranda. Cl, que la mesa posee varios defectos, ya que cuando alguien iba a morir esta salía y caminaba. En el momento en que una persona la veía esta se convertía en perro o en burro.

Llamado de muerte

Don Félix indicó, que si una persona no se encontraba frente a frente con este objeto andante, podía observar a la mesa de cuatro patas con velas encendidas. Asimismo, agregó que la persona que iba a morir aparecía en el centro del pueblo con una vela agarrada entre las manos.

Según el relato, esta mesa se dirigía a las casas buscando a la persona que iba a morir. "(...) la persona que va morir, a esa casa visita, y la mesa se viene con el alma", indicó Félix Calle a La Nueva Mirada.CL.

Amarrada en una Iglesia

El cuidador de la iglesia de Parinacota (1991), Cipriano Morales Huanca, indicó en una entrevista, que esa mesa aparecía desde la antigüedad, ya que sus abuelitos la habían visto salir hacía afuera.

Debido a los altercados que esta mesa causaba, las personas del pueblo de Parinacota decidieron amarrar a la mesa de una pata al pilar de la Iglesia.

En la actualidad, esta mesa continúa amarrada en el lado izquierdo de una pata, dentro de la iglesia de Parinacota. La mesa presenta un desgaste en su pata, dejando indicios de querer escapar, causando terror en los pobladores.

"Siempre se mueve, se traslada. Ya no le quedan patas. ¿No se fijaron ustedes? ¡Se le fue gastando y con el tiempo se va a gastar más! Y eso nadie lo cree, expresó don Félix Calle en su entrevista.

Mientras tanto los pobladores no se atreven a quitarle la libertad a la mesa embrujada, solo así se evitarán más muertes en el místico pueblo.