El estratega español Luis Enrique conmovió al mundo al dedicar la primera 'Orejona' del PSG a la memoria de su hija Xana, fallecida en 2019.
Su triunfo en la Champions League 2025 se convierte en un emotivo homenaje, demostrando que la fortaleza personal forja un liderazgo inquebrantable.
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La alegría por la histórica victoria del Paris Saint-Germain (PSG) en la UEFA Champions League 2025, donde el equipo se impuso con un contundente 5-0 al Inter de Milán, tuvo un matiz profundamente emotivo.
El artífice de este triunfo, el técnico español Luis Enrique, sorprendió a millones al dedicar su éxito a la memoria de su hija Xana, fallecida trágicamente en 2019 a causa del cáncer.
Un momento íntimo que trascendió el fútbol y tocó el corazón de audiencias globales, reafirmando su imagen como un líder forjado en la adversidad.

Para Luis Enrique, este título no es solo la primera 'Orejona' para el PSG y el segundo triplete de su carrera, sino un tributo personal que va más allá de lo deportivo.
Para encontrar la clave que hiciera trascender al equipo parisino, el estratega tuvo que superar el momento más devastador de su vida.
Su enfoque del dolor y el duelo lo distingue: mientras muchos ocultan su sufrimiento, Luis Enrique lo exhibe, lo conversa y extrae lecciones constructivas, ofreciendo una perspectiva humana que ha conectado con innumerables personas.
Él es una "puerta abierta" que confirma que sin salud emocional no puede existir el liderazgo, y sin amor no puede haber legado.
El humanismo de este hombre de 55 años ha atraído más admiradores al PSG que el propio fútbol de figuras como Mbappé, Messi o Neymar.
Dolor transformado en fortaleza: el viaje de Luis Enrique
La vida golpeó a Luis Enrique de forma cruel en 2019. En junio de ese año, siendo seleccionador de España, anunciaba su renuncia al cargo por un "problema familiar".
Dos meses después, el mundo conocía la devastadora noticia de la muerte de su hija Xana, con solo nueve años.
Sin embargo, su resiliencia ha sido ejemplar. En una entrevista para 'No tenéis ni p*** idea' (Prime Video, 2024), el entrenador reflexionó sobre su pérdida: "Yo me puedo considerar afortunado o desgraciado, pero me considero afortunado. 'Pero si se te ha muerto una niña'. Bueno, mi hija vino a vivir con nosotros nueve años maravillosos. Tenemos mil recuerdos de ella, cosas increíbles.
En el plano físico no está, pero cada vez que hablamos de ella y nos reímos, pienso que nos ve". Esta visión del dolor es la base de su renovada fortaleza y la filosofía que aplica en su vida y en el fútbol.
Quienes conocen a Luis Enrique aseguran que, tras el Mundial de Qatar y la tragedia personal, se comporta como si no tuviese nada que perder.
"Me gusta porque le contrató el club más mediático de Francia y se comportó como si le diera igual", señaló Javier Prieto Santos, de la revista So Foot, en un artículo recogido por El País.
Esta actitud desapegada de la presión externa se ha traducido en un liderazgo centrado en la unión del equipo.
Incluso la partida de Kylian Mbappé, de quien llegó a decir que el equipo jugaría mejor sin él, demostró ser una predicción acertada, a pesar de las críticas iniciales. Su enfoque se centra en el colectivo, en la aplicación de una idea de juego, más allá de las individualidades.
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El triunfo de la idea colectiva y un homenaje eterno
En una institución como el PSG, que ha invertido miles de millones de euros en jugadores y ha probado innumerables fórmulas para conseguir la Champions, Luis Enrique logró la hazaña.
Él convenció a Ousmane Dembélé de su potencial como uno de los mejores atacantes, supo reencontrarse con Fabián Ruiz —reconociendo haberse equivocado al no llevarlo al Mundial—, y persuadió a la directiva de que no era necesario "sacar cheques más grandes" para alcanzar la final.
Jugadores como Pacho, Mendes, Vitinha, Neves, Ruiz, Doué, Barcola y Kvaratskhelia forman ahora un equipo cohesionado que se acopla a su idea de juego, superando la era de individualidades que creían ser la única solución.
Aunque muchos comparan su actual equipo con el icónico Barcelona de la "MSN" (Messi, Suárez, Neymar) de 2014-15, Luis Enrique lo ve diferente. Si el Barcelona era un "salón de superdotados", el PSG es el "aula más aplicada de la clase, la que entiende cada palabra y enseñanza de su DT".
Las asociaciones del Barcelona nacían de la inventiva individual; las del PSG, de la idea base trabajada por el entrenador. Si bien el equipo actual quizás no sea tan "temible" en nombres, "es el que mejor fútbol tiene hoy en el mundo", confirmando que la Ligue 1 puede competir en la élite europea.
"Tengo el deseo de poder hacer lo mismo con el PSG", había confesado Luis Enrique en referencia a su anterior triplete. "No estará mi hija, pero lo hará espiritualmente". Existen fotografías de Luis Enrique junto a Xana, quien portaba una bandera del Barcelona, escenificando la conquista en Berlín.
Años después, el DT probablemente busca rendirle homenaje y agradecerle por impulsarlo a seguir adelante. Ese es su sueño y el legado que busca dejar en Francia: una victoria que es tanto un hito deportivo como una profunda declaración de amor y resiliencia.
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