La temporada del polvo del Sahara ha comenzado oficialmente, y su presencia ya se ha reportado en varios países de Centroamérica, incluidos Honduras.

Este fenómeno se produce cuando nubes de polvo originadas en el desierto africano cruzan el océano Atlántico, impulsadas por los vientos alisios, lo que afecta la calidad del aire, el clima y la salud pública.

Las partículas finas de arena y minerales que componen este fenómeno recorren miles de kilómetros desde África hasta América.

El proceso puede tardar varios días y se intensifica generalmente entre mayo y agosto, causando cielos opacos, amaneceres rojizos y un incremento de las temperaturas diurnas.

Aunque el polvo del Sahara tiene efectos tanto positivos como negativos en el medio ambiente, sus impactos son evidentes.

Por un lado, enriquece los suelos tropicales con minerales, pero también puede limitar la formación de lluvias y contribuir a la sequía en algunas regiones, además de deteriorar la calidad del aire.

Efectos del polvo del Sahara en Honduras y la salud pública

En las zonas costeras, la presencia de este polvo puede reducir la visibilidad, afectando tanto la navegación aérea como la marítima.

Este fenómeno también tiene efectos en la salud, pues la exposición prolongada al polvo puede causar problemas respiratorios, especialmente en personas con asma, alergias o enfermedades pulmonares crónicas.

polvo del Sahara en el aire
Cielo de Honduras cubierto por el polvo del Sahara, dejando un ambiente opaco y seco.Foto: Cortesía

El polvo del Sahara también puede generar irritación en los ojos, garganta y piel, siendo los niños, adultos mayores y personas inmunocomprometidas los grupos más vulnerables durante esta temporada.

Recomendaciones para enfrentar el polvo del Sahara

Ante la llegada del polvo del Sahara, las autoridades de salud y protección civil recomiendan evitar actividades al aire libre cuando la concentración de polvo sea alta. Mantenerse en espacios cerrados es fundamental para reducir la exposición.

Para quienes necesiten salir, se sugiere el uso de mascarillas, mantener las ventanas cerradas y utilizar purificadores de aire en casa. También es importante mantenerse bien hidratados durante estos días.

Si los síntomas persisten, como tos o dificultad para respirar, se aconseja buscar atención médica. Este fenómeno natural, que ocurre cada año, requiere estar atentos y preparados.

El monitoreo constante por parte de los servicios meteorológicos y la conciencia pública son clave para minimizar los efectos del polvo sahariano y proteger la salud de todos.