Para muchos, el martes 13 y el viernes 13 son fechas que invitan al miedo y la precaución. Esta creencia no es nueva ni casual: tiene profundas raíces históricas, religiosas y mitológicas que han alimentado la superstición durante siglos.

En el cristianismo, existen al menos tres motivos que ligan al número 13 con la mala suerte.

Según la tradición, en la Última Cena había trece personas, Jesús fue crucificado un viernes 13, y en el capítulo 13 del Libro del Apocalipsis aparece el Anticristo.

Estas referencias han contribuido a la asociación negativa del número en el imaginario colectivo.

La mitología nórdica también refuerza este estigma. Según una leyenda vikinga, Loki el dios del engaño y el caos fue el invitado número trece en una cena entre dioses, provocando desastres.

La historia detrás del martes y viernes 13

Esta historia, citada por Historia National Geographic, consolida al 13 como símbolo de traición y desgracia.

Pero ¿por qué específicamente martes o viernes? El martes 13 se asocia con el dios romano Marte, regente de la guerra y la violencia.

Para los antiguos romanos, Marte no era un buen augurio para bodas o negocios. Al unir esta visión pagana con la simbología cristiana, nació la creencia de que martes 13 es un día maldito.

En cuanto al viernes 13, destaca el hecho histórico del 13 de octubre de 1307, cuando comenzó la persecución contra los caballeros templarios. Además, se cree que Jesús fue crucificado un viernes, lo que añadió peso a la superstición.

Curiosamente, otras culturas temen a diferentes fechas

En Italia, el viernes 17 es considerado de mal augurio, mientras que en Japón y China el número 4 se evita porque su pronunciación se asocia a la muerte.

Así, aunque el martes 13 y el viernes 13 concentren muchas supersticiones en Occidente, el miedo a ciertas fechas es un fenómeno global profundamente arraigado en la historia y las creencias culturales.