Varios países de América Latina actualizaron sus salarios mínimos en la segunda mitad del año, con el objetivo de recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores frente a la inflación y los choques económicos, tanto globales como locales.
A pesar de estos ajustes, la mayoría de los salarios siguen por debajo de lo necesario para cubrir una canasta básica.
Temas Relacionados
Costa Rica lidera la región con el salario mínimo más alto en dólares: $725, seguida de Uruguay (505 dólares) y Chile (504 dólares).
En contraste, Brasil, El Salvador y Argentina presentan salarios inferiores a los 300 dólares. Venezuela muestra la mayor brecha, con un salario mínimo de 130 bolívares, equivalente a poco más de dos dólares.

Los datos, recopilados por Bloomberg, se presentan en valores nominales y no ajustan el poder adquisitivo ni el costo de vida de cada país, lo que dificulta las comparaciones directas entre economías, ya que cada gobierno establece los salarios según distintos parámetros y realidades locales.
Según la economista Clara Inés Pardo, de Colombia, los salarios mínimos en casi toda la región no alcanzan para cubrir la canasta básica. Mientras que las diferencias se deben al desarrollo económico, la inflación, el tipo de cambio, la estructura tributaria y el nivel de formalización laboral.
Salarios mínimos en América Latina: grandes diferencias y brechas de poder adquisitivo
Ecuador, Guatemala y México registran aumentos moderados: 470 dólares en Ecuador, 470 dólares en Guatemala para el sector agrícola y entre 466 y 416 dólares en México. Estos incrementos buscan mejorar la capacidad de compra, aunque la informalidad y los costos regionales siguen limitando su impacto.
Brasil, El Salvador y Argentina presentan los salarios más bajos, con 244, 243 y 238 dólares, respectivamente. Honduras, con un salario mínimo de 356 dólares, se ubica en un nivel intermedio, mostrando ciertos avances, aunque aún insuficientes para cubrir todas las necesidades básicas. Cabe mencionar que dichas cifras fueron establecidas en febrero 2025.
Venezuela muestra un caso extremo con un salario mínimo de 130 bolívares, poco más de dos dólares. Los bonos complementarios no compensan la acelerada devaluación e inflación, lo que deja a gran parte de la población en situación de extrema pobreza.