En un nuevo episodio de Dale Play, el fútbol y la solidaridad se fusionaron, para revelarnos a un personaje con una bondad que no conoce límites.

Se trata de Erick Luna, periodista deportivo y fundador de BORET, una organización que, desde hace casi 30 años, transforma el amor por el deporte en acciones sociales que llevan alegría a miles de niños, adultos mayores y jóvenes en todo el país.

Con una selección musical que repasa su vida—desde Polache hasta David Guetta y Michael Jackson—Erick abrió su corazón y compartió la historia que lo llevó a convertir la empatía en un proyecto de vida.

El origen de BORET: del estadio al hospital

BORET nació en 1999 como iniciativa de un grupo de aficionados del Real España que querían aportar más a Honduras que solo apoyo en las graderías. Una visita a la sala de oncología del Hospital Escuela, marcó un antes y un después.

“Por muy duro que sea uno en la vida, cuando ve esas realidades, el corazón se hace chiquito”, recuerda Luna.

Aquel gesto sembró la semilla de lo que hoy es una organización con casi tres décadas de solidaridad continua. Su evento principal, “Mega Sonrisa”, se ha convertido en una tradición que lleva juguetes, alimentos y compañía a miles de niños y familias en condición de vulnerabilidad.

Lo más valioso, recalca Erick, es que no importa el equipo:“En BORET hay aficionados de todos los clubes. La causa es más grande que el fútbol”.

El periodista Erick Luna narró en Dale Play su experiencia de solidaridad con la fundación Boret.
Erick Luna compartió su pasión por el fútbol y las labores sociales.

Una Honduras que se conoce desde la cancha

La canción Mira Honduras, de Polache, evocó en el invitado una Honduras diversa, hermosa y llena de calor humano. Gracias al fútbol y al voluntariado, Luna ha recorrido rincones del país que jamás imaginó, y también ha representado a Honduras en el extranjero.

Incluso recuerda una misión solidaria en Medellín, Colombia:

“Cuando dijeron ‘hondureños’, algunos pensaban en fútbol, otros en cosas negativas… pero ese día dejamos una huella positiva. Eso es lo que me gusta representar”.

La música que marcó su vida

Como cada uno de los invitados al programa, Erick seleccionó la Banda Sonora de su vida y con cada canción seleccionada abrió una ventana emotiva.

Con When love Takes Over de David Guette, recuerdó su transición de estudiante a profesional, una etapa en la que trabajó en telecomunicaciones y descubrió el mundo de relaciones públicas.“Ese fue mi despegue”, cuenta entre risas y nostalgia.

Con Sweet Child O Mine de Guns N Roses, Erick recuerda la conexión con su hermano, quien fue clave para que se volviera aficionado del Real España.“Me llevó al estadio. Ganamos 1–0 al Olimpia. Desde ahí, mi corazón se volvió aurinegro”.

Y The Nights de Avicii, la usa como motivación en las actividades de BORET.“La canción parece hecha para el espíritu del grupo. Es nuestra película”.

Heal the world de Michael Jackson, fue la más emotiva de la lista, ligada a su infancia. Entre lágrimas, confesó:

“Yo no crecí con juguetes comprados. Mi papá y mi hermano me los hacían de madera. Lo que soy hoy viene de esa humildad… siempre he querido dar lo que yo no tuve”.

Si hasta aquí le ha interesado el play list seleccionado por Erick le invitamos a ver la entrevista completa en TVC Play y así pueda conocer las cinco canciones restantes.

30 años de BORET y un sueño que se expande

BORET está próximo a cumplir 30 años, y Erick sueña con celebrarlo realizando actividades simultáneas en varios departamentos del país.

Pero también tiene un sueño mayor:

“Quisiera ver sedes de BORET en el extranjero, como una Unicef hondureña. No sé si me dará tiempo, pero espero que alguien lo logre”.

Un corazón aurinegro, pero sobre todo hondureño

Aunque el fútbol ha sido su camino, Erick Luna deja claro que su mayor pasión es Honduras. Su historia es un recordatorio de que la solidaridad es más fuerte cuando nace de la sencillez, de las carencias y del deseo profundo de que otros vivan lo que uno no pudo tener.

Dale Play le puso música a una vida marcada por la empatía, la lucha y la convicción de que una sonrisa puede cambiarlo todo.