En una dinámica interacción con su colega Cristian Morazán, Espinal no escatimó en humor al mencionar, en tono de broma, que ese día todos en el set eran "esclavos trabajando". La periodista incluso retó a Morazán preguntándole por qué no se unió a la ocasión vistiendo un camisón, ya que ella misma había acatado una peculiar orden de los productores y se presentó al programa ¡en pijama!

Morazán respondió en tono bromista que no usa camisón y prefiere dormir "como Dios lo trajo al mundo".

La sorpresa no solo llegó con la vestimenta de Espinal, sino también con sus expectativas no cumplidas. En medio de risas, la periodista expresó su descontento al no recibir un reconfortante chocolate caliente ni unas galletitas con chocolate, como había imaginado.

"Vine aquí obligada, en contra de mi voluntad, pero aquí estoy", concluyó,

Finalmente, en un tono más serio, la periodista agradeció a Dios por su empleo pues le sirve para poder cubrir todos sus compromisos financieros y darse ciertos gustos.

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