Hoy lunes todo el personal relacionado con la organización del cónclave para el nuevo papa, desde ceremonieros hasta ascensoristas, prestará juramento de mantener el absoluto secreto sobre lo que suceda.
Este compromiso será esencial para garantizar la confidencialidad durante el proceso de elección del nuevo papa.
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El miércoles 7 de mayo, los "príncipes de la Iglesia" se reunirán en la Capilla Sixtina para comenzar el cónclave. La elección del nuevo pontífice será un proceso incierto, sin un claro favorito entre los cardenales.
El cónclave de este año será el número 76 en la historia de la Iglesia, y se celebrará en la misma Capilla Sixtina que alberga la famosa obra del Juicio Final de Miguel Ángel.
Este evento histórico es una tradición que se remonta siglos atrás, marcada por su exclusividad y solemnidad.
Cónclave para la elección del nuevo papa: normas y juramento de secreto
El proceso para elegir al nuevo papa está marcado por una serie de estrictas normativas que los 133 cardenales electores deben seguir durante el cónclave.
De acuerdo con la Constitución Apostólica "Dominici Gregis Universes", se exige un absoluto secreto sobre las votaciones y cualquier intento de influir en la elección será severamente castigado, incluso con excomunión.
Entre las personas afectadas por estas reglas están los cardenales, pero también todo el personal involucrado en el evento, como médicos, enfermeras, personal de limpieza, seguridad y los encargados de los servicios en el Vaticano.
Todos deberán comprometerse a mantener el secreto sobre lo ocurrido durante el proceso electoral, sin importar su rol dentro del cónclave.
Antes de comenzar, todos los participantes, incluidos los cardenales, deberán realizar un juramento de confidencialidad frente al camarlengo, Kevin Joseph Farrell.
Este juramento es solemne y privado, en el que los electores se comprometen a no revelar ningún detalle relacionado con las votaciones ni con el proceso de elección.
Tras el juramento, los cardenales pronunciarán la frase "Extra omnes" para dar inicio oficialmente al cónclave. Con esta acción, la Capilla Sixtina se cerrará y los cardenales procederán a su primera votación.
Antes de ello, el cardenal Raniero Cantalamessa ofrecerá una reflexión sobre el significado de la elección, preparando a los electores para el proceso que se llevará a cabo.
El cardenal Pietro Parolin presidirá el cónclave en ausencia del decano Giovanni Battista Re, quien con 91 años no podrá asistir.
El proceso de elección continuará bajo una atmósfera de total privacidad y solemnidad, respetando todas las normativas establecidas para garantizar la integridad del evento.