Shin Fujiyama, conocido por su labor social y educativa en Honduras, compartió con el creador de contenido Zazza 'El Italiano' algunos de los momentos más difíciles que vivió al comenzar sus proyectos en El Progreso, Yoro, norte de Honduras.
Pues el influencer en varias ocasiones ha mencionado los retos que vivió para formar la comunidad de Villa Soleada.
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Shin Fujiyama víctima de la delincuencia
A pesar de su buena voluntad, no todo fue fácil. “Solo me han asaltado como tres veces en El Progreso”, dijo con humor, aunque recordó que en cada caso los asaltantes portaban armas y se llevaban lo poco que tenía.
Uno de los episodios más impactantes ocurrió dentro de un gimnasio, donde hombres armados entraron a robar. “Nos llevaron todo”, relató.
Sin embargo, señaló que eso pasó hace varios años y destacó que actualmente el país es mucho más seguro que hace una década.
Shin también habló sobre el rechazo que a veces despierta su trabajo. Contó que en sus inicios, algunas personas no veían con buenos ojos su iniciativa de construir escuelas.
Ese era un miedo que teníamos”, confesó. Sin embargo, con el tiempo se llevó una gran sorpresa: en varias ocasiones, miembros de diferentes pandillas dejaron sus armas a un lado para sumarse a la construcción. “Agarran una pala y comienzan a pegar bloques con nosotros. Eso ha sido muy increíble”, destacó.
Otro reto que enfrentó fue la extorsión. Recordó que hace unos siete años su fundación recibió amenazas y se le exigía el llamado “impuesto de guerra”.
A pesar del riesgo, Shin se negó a pagar. “Una vez pagando ya es como una mordida de un diente que no sale”, explicó, en referencia a que ceder solo alimenta un ciclo sin fin.