Honduras se prepara para un martes de intensas lluvias, producto de una combinación de fenómenos meteorológicos.
De acuerdo al experto en temas climáticos, César Quintanilla, las autoridades monitorean de cerca tres sistemas en el Pacífico: un disturbio con alta probabilidad de convertirse en ciclón, el huracán Bárbara (que recientemente bajó a tormenta, pero fue el primer huracán de la temporada en el Pacífico Norte al alcanzar la categoría 1), y la tormenta Cosme, que ha incrementado sus vientos y se encamina a ser huracán.
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La actividad de estos sistemas ha potenciado la zona intertropical de convergencia, elevando su influencia sobre Centroamérica.
Además, el paso de una onda tropical directamente sobre el territorio hondureño contribuirá a la inestabilidad climática.
"Estamos monitoreando tres fenómenos en el Pacífico," explicaron los expertos, destacando cómo Bárbara y Cosme están motivando una "tremenda actividad", indicó Quintanilla.
Tormentas impactan Honduras
Este martes, las lluvias se concentrarán en la región oriental de Honduras. Departamentos como Copán, Ocotepeque y Lempira esperan un aumento significativo en los sistemas lluviosos, con acumulados que podrían superar los 40 mm en la zona occidental.
Las condiciones marítimas también requerirán precaución. En el Golfo de Fonseca, la altura máxima de las olas alcanzará los 2.2 metros.
En el litoral Caribe, el oleaje será aún más elevado, llegando a los 2.8 metros. Las autoridades instan a los navegantes y a la población costera a extremar precauciones.
En cuanto a las temperaturas, el ambiente se sentirá elevado, con registros por encima de los 30°C a nivel nacional.
Además, una "lengua de contaminación" ingresará por la región oriental, provocando un aire "totalmente enrarecido y contaminado" durante toda la jornada.
El índice ultravioleta (UV) se disparará, alcanzando hasta 13 en varios puntos, especialmente en el Valle de Comayagua. Se recomienda a la población protegerse del sol y, si es posible, evitar la exposición prolongada al aire libre.
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La crisis climática global y la responsabilidad humana
En un contexto global, la situación climática en Honduras se alinea con las preocupaciones expresadas a nivel internacional.
Recientemente, el secretario de la ONU, Antonio Guterres, hizo un llamado urgente para "el fin del saqueo de los océanos" durante la apertura de la cumbre de la ONU que se realiza en Francia.
En esta cumbre, se ha discutido la alarmante situación de los océanos, que "están acidificados, calientes y toda la vida marina está muriendo" debido a la "responsabilidad humana".
La actividad climática en Centroamérica, producto de la onda tropical y los fenómenos del Pacífico, es un recordatorio de la interconexión entre la salud del planeta y los eventos meteorológicos extremos.
Las autoridades hondureñas instan a la ciudadanía a mantenerse informados a través de los canales oficiales.
"Cuídense mucho, siempre les queremos como televidentes y no como noticias", concluyó Quintanilla, enfatizando la importancia de la prevención personal ante los desafíos climáticos que se avecinan.
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Huracán Bárbara se bebilita:
Bárbara, el primer huracán de la temporada en el Pacífico mexicano, se degradó a tormenta tropical la noche del lunes. Así lo informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC). Este sistema, que horas antes alcanzó la fuerza de huracán, ahora presenta vientos menos intensos, aunque su monitoreo sigue siendo crucial.
Bárbara alcanzó el estatus de huracán el lunes por la tarde, marcando el inicio oficial de la temporada de ciclones con un sistema de fuerza considerable.
Sin embargo, su intensidad no se mantuvo. Durante la noche, los vientos sostenidos de Bárbara disminuyeron, lo que llevó al NHC a reclasificarlo como tormenta tropical.
Este comportamiento es común en los sistemas ciclónicos, cuya fuerza puede fluctuar rápidamente dependiendo de factores como la temperatura del agua del océano, la cizalladura del viento y la interacción con masas de tierra.
Aunque su intensidad ha disminuido, Bárbara aún representa una amenaza y las autoridades mexicanas y los organismos de protección civil continúan monitoreando su trayectoria y posibles impactos en las costas del Pacífico.